GALVE DE SORBE
Pequeño municipio de sierra, en la provincia de Guadalajara, situado a una altitud de 1.394 metros. Su principal actividad es la ganadería vacuna.
Al acercarnos al pueblo, su castillo es lo primero que destaca. La construcción del mismo data del siglo XV y es un castillo montano con una fuerte torre del homenaje, rodeada de los distintos compartimentos palaciegos y de un amplio muro que encierra un patio interior. En las torres se observan todavía los escudos de la casa de Zúñiga.
CANTALOJAS
A 6 km.
Cantalojas es un pequeño pueblo enclavado también en la sierra y muy cercano a Galve de Sorbe.
El lugar es ideal para el pastoreo de altura y crianza ganadera, lo cual hoy es una de las principales riquezas del municipio.
Cercano al pueblo, enclavado sobre un acantilado en la confluencia del río Sorbe y el arroyo de Cantalojas, quedan los maltrechos restos de un castillo, que se atribuye a los moros, y que sin duda fue, en principio, castro ibero y en la edad Media aprovechado para colocar una torre vigía y así convertirse en un pequeño reducto militar, vigilando el paso frecuente de gentes por esa zona de comunicación entre ambas mesetas. Estas ruinas se corresponden con el legendario “castillo de Diempures” que se menciona en el Fuero de Atienza en el siglo XII, como lugar límite entre territorios forales y comunales de Atienza y Ayllón.
HAYEDO DE TEJERA NEGRA
A 8 km.
Un excepcional microclima conserva el último hayedo del sur de Europa. Los ríos Lillas y Zarzas, que nacen en el glaciar La Buitrera, lo alimentan. El bosque, que se reparte en dos valles flanqueados por altas y afiladas crestas rocosas, tiene un ambiente de cuento: por sus colores, el musgo de sus suelos y sus silencios.
Además de hayas, crecen robles melojos, pinos silvestres, tejos, acebos y abedules. En su suelo nace en otoño el apreciado Boletus Edulis, y sus cielos los surca el águila real, sobre corzos, zorros y jabalíes.
RUTA DEL ROMÁNICO RURAL
Campisábalos
A 8 km.
Pueblecito de Guadalajara situado en una altiplanicie en la falda de la Sierra de Pela. Se trata de una población serrana humilde, pero que conserva uno de los mejores «complejos» románicos de la provincia, de los siglos XII-XIII, constituido por la iglesia parroquial de San Bartolomé y la Capilla de San Galindo.

RUTA DEL ROMÁNICO RURAL
Villacadima
A 8 km.
Villacadima ha sido un pueblo deshabitado durante algunos años, aunque actualmente se están rehabilitando algunas de sus casas.
En él merece la pena visitar la iglesia de San Pedro, que fue construida a principios del siglo XIII, cuando se produjo el asentamiento definitivo de cristianos después de las guerras con los musulmanes. El templo padeció muchas reformas y modificaciones .Se encuentra en un extremo de la villa y se accede a él a través de una puerta que conduce a su atrio. De la fábrica original solo se conserva la portada que está reubicada en el muro sur.

RUTA DEL ROMÁNICO RURAL
Albendiego
A 12 km.
Pequeño pueblo serrano, situado en el valle del río Bornova y bajo la protectora influencia del pico del Alto Rey.
De sus dos iglesias, destaca la de Santa Coloma, situada a las afueras del pueblo, que es una de las más bellas y conocidas representaciones del Románico Rural en Guadalajara. Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1965.
A escasa media hora andando, en el vecino pueblo de Somolinos, se encuentra su famosa laguna, monumento natural protegido.